Este año fuimos menos
los que acudimos al encuentro. Quizás faltase el estímulo del
reencuentro con aquellos que no veíamos desde el año 68, como me sucedía
a mí el pasado año en Madrid. Este año ha tenido el interés de volver a
donde nos conocimos. Para mí también era algo estancado en el tiempo
desde hacía muchísimos años, y mereció la pena. Aunque a mi hija no le
gustó el colegio donde estudió su padre de pequeño, yo sí disfruté del
encuentro. Fueron muchos los recuerdos revividos. Sentí el estado del
edificio pero eso no impidió que recordase la madera de los pasillos y
hasta la forma de las tejas cuando las pisábamos pasando de una
habitación a otra. Tengo que agradecer a todos los recuerdos que me
fuisteis despertando. Visto desde la lejanía del tiempo tengo que decir
que estoy contento, orgulloso y agradecido de haber pertenecido a aquel
grupo y de la formación que allí recibí. Albertino Amigo
24 de septiembre de 2011 |